Dos organizadores de un maratón deportivo en la isla iraní de Kish fueron detenidos por la fiscalía después de que, durante el evento, algunas mujeres participaran en la carrera sin hiyab. Uno de los acusados es un funcionario de la Organización de la Zona Económica Libre de Kish y el otro representa a una empresa privada organizadora.
Ambos fueron posteriormente liberados bajo fianza, aunque permanecen bajo supervisión judicial. Esta supervisión incluye la prohibición de trabajar en organismos estatales para el funcionario y de organizar eventos deportivos para el empresario, según informó Iran International.
El evento tuvo lugar el viernes por la mañana y reunió a casi 5.000 participantes, a pesar de las objeciones y obstáculos planteados por la Federación de Atletismo de Irán, que alegó la violación de “requisitos legales y religiosos”. La fiscalía declaró que la carrera causó “daño a la moral pública”, aunque, según afirmó, los organizadores habían sido advertidos previamente de la necesidad de cumplir las leyes.
Los organizadores y participantes fueron objeto de duras críticas por parte de activistas conservadores y medios cercanos al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica. La carrera fue calificada como un “maratón discotequero”, y los organizadores fueron acusados de promover la “apertura pública del velo y la depravación”. Uno de los críticos llegó a preguntar sarcásticamente si el evento ocurría “en la República Islámica o en la República de Las Vegas”.
Una joven corre en un maratón en la isla iraní de Kish, en el golfo Pérsico, el 5 de diciembre de 2025. Foto: iranintl.com.
Por su parte, los defensores del evento rechazaron las acusaciones, alegando que el escándalo tiene un trasfondo político y responde a la creación de una “narrativa falsa”. En particular, el periodista Amir Taher Hosseinhan destacó que las mujeres comenzaron a correr por separado a las 5:30 de la mañana, y los hombres a las 8:30, lo que demuestra, según él, el cumplimiento de una estricta separación y control. Sin embargo, el incidente se enmarca en una campaña más amplia de las fuerzas conservadoras para restablecer un control estricto del espacio público y del código de vestimenta, debilitado significativamente en las ciudades iraníes tras las protestas masivas de 2022.
ℹ️ La isla de Kish (persa: کیش), situada en el golfo Pérsico a 19 km de la costa continental iraní, es un lugar singular en el mapa del país. Este pequeño territorio de unos 91,5 km², perteneciente a la provincia de Hormozgán, suele ser denominado el “Dubái iraní” o la “perla del golfo Pérsico” por su infraestructura moderna, sus grandes centros comerciales y su estatus de zona de libre comercio.
La isla, de clima cálido y semi-ecuatorial, atrae cada año a más de un millón de turistas y ofrece entrada sin visado para extranjeros por hasta 14 días. Aunque en Kish rigen plenamente las leyes de la República Islámica —incluida la prohibición del alcohol y el uso obligatorio del hiyab—, su atmósfera se considera tradicionalmente más relajada y secular que la de los centros religiosos del interior, como Qom o Mashhad.
Precisamente este contraste, donde el carácter turístico internacional convive con estrictas normas sociales, sirve de telón de fondo para el escándalo en torno al maratón.



