La Academia de Ciencias de Rusia (RAN) estudiará la viabilidad de ejecutar un proyecto para transferir parte del agua del río siberiano Obi hacia Asia Central, en particular a Uzbekistán. Así lo informa Forbes, citando a RBC.
Se trata de un análogo moderno del proyecto soviético de “desvío” de los ríos siberianos, que en la década de 1970 contemplaba la construcción de canales abiertos para suministrar agua a las regiones áridas de Asia Central. En la versión actual, se considera la creación de un sistema cerrado de tuberías, lo que según los científicos permitiría minimizar las pérdidas y reducir el impacto ambiental.
La decisión de avanzar en el proyecto se adoptó en la reunión del consejo científico de la División de Ciencias de la Tierra de la RAN “Recursos Hídricos Continentales”, celebrada en octubre. Allí se abordaron cuestiones de planificación estratégica del sector hídrico de Rusia, incluidas las posibilidades y consecuencias de transferencias a gran escala entre cuencas y transfronterizas, así como los efectos climáticos y el impacto en el desarrollo socioeconómico de los países implicados.
Según el director científico del Instituto de Problemas Hídricos de la RAN, Víktor Danílov-Danilián, los especialistas pretenden sugerir al Ministerio de Ciencia y Educación Superior que incluya la financiación de investigaciones sobre este asunto en el plan estatal.
En la reunión se plantearon dos prioridades: la redistribución de parte de las aguas del Obi hacia la región del Aral, en la frontera entre Uzbekistán y Kazajistán, y el trasvase del caudal de los ríos Pechora y Dvina Septentrional a la cuenca del Volga, con destino al mar de Azov. Esta estrategia, según los expertos, permitiría optimizar el balance hídrico no solo dentro de Rusia, sino también en el territorio de Asia Central.
Lev Gorilovski, presidente del consejo de directores del grupo Poliplástik, propuso construir una tubería cerrada de siete líneas y unos 2.100 km de extensión. Según sus cálculos, en una primera fase el sistema podría aportar 5.500 millones de metros cúbicos de agua al año, y hasta tres o cuatro veces más si fuese necesario. No obstante, el servicio de prensa de la empresa aclaró que Poliplástik no participa ni promueve ningún proyecto de este tipo y que los materiales aportados son de carácter exclusivamente científico y pericial.
El académico Robert Nigmatulin alertó sobre la creciente escasez de agua y energía en Asia Central. Señaló que la falta de recursos hídricos causa desertificación, reducción de los rendimientos agrícolas y riesgos socioeconómicos. Según él, el uso de solo una parte del caudal del Obi —de 20 a 70 kilómetros cúbicos anuales de un volumen total de 3.000 km³— podría paliar parcialmente la problemática regional, además de minimizar la carga térmica en el Ártico.
Por su parte, Dmitri Sozónov, director de proyectos de la consultora IES Ingeniería y Consultoría, cifró la inversión inicial para el sistema de tuberías en no menos de 100.000 millones de dólares, y el plazo de construcción de las capacidades principales en al menos diez años. Como ejemplos de infraestructuras similares señaló el Gran Río Artificial en Libia y el acueducto en California.
ℹ️ En las décadas de 1970 y 1980, el Ministerio de Recursos Hídricos de la URSS contempló transferir aguas de los ríos de Siberia Occidental —Obi, Irtish, Tobol e Ishim— al mar de Aral. El proyecto estuvo en desarrollo unos veinte años, pero en 1986 el Politburó del Comité Central del PCUS decidió suspender los trabajos.



